Herramientas de un fotógrafo
El torno del alfarero, el lápiz del carpintero o la brocha del pintor… nosotros, los fotógrafos y fotógrafas, también tenemos herramientas imprescindibles.
Ya dijo Ansel Adams que se trata de una inversión tan importante como la propia cámara. Con el fotómetro de luz incidente podemos controlar las fuentes de luz de manera individual y así ser precisos en la iluminación de nuestras fotos en estudio.
El trípode.
Elemento imprescindible en fotografía de estudio. Parece que, usando este dispositivo, adoptamos una actitud más contemplativa y atenta a los detalles finos. A veces para disponer la cámara en lugares imposibles y, otras veces, para realizar ajustes de precisión en la imagen o un efecto con largas exposiciones.
Los reflectores.
Redondos, cuadrados, plata, dorados, blancos, espejos…Cualquier superficie reflectante nos es de utilidad. A menudo usamos un viejo cartón plateado con el que conseguimos un reflejo similar al agua. Con espejos y lentes de retroproyector conseguimos dirigir rayos de luz puntual a escenas muy concretas de la imagen… Son ideales para dar el último toque.
El flash.
La luz natural nos encanta. En reportaje, en interiorismo,…sin embargo, en bodegón publicitario es poco controlable. Cuando dedicas horas a una composición, resulta inviable depender de la luz que entra por la ventana. Los flashes, bien usados, ofrecen millones de opciones creativas para iluminar: filtrar, difuminar, tramar…
50 mm.
Nuestro cincuenta milímetros. Nuestra óptica por excelencia. Con un ángulo de visión equivalente a la visión del ojo humano nos permite captar a los sujetos sin apenas distorsiones. Mediante un enfoque muy nítido y un desenfoque suave destacamos los detalles más interesantes de lo retratado.
Muy buena información en este blog, sigue así!
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